Tras la visualización en clase del vídeo que comparto a continuación se nos ha pedido que hagamos una reflexión sobre las ventajas que presenta educar en casa o el homeschooling.
Por una parte, quería destacar que la idea de la educación obligatoria SÍ, escolarización obligatoria NO me llamó mucho la atención y tengo que decir que en parte comparto la opinión de Sorina. Por lo que se ve y explica en el vídeo sus hijos realmente están escolarizados de forma telemática en un centro estadounidense, por lo tanto, realmente de lo que parece que está en contra esta madre es de la escolarización de sus hijos dentro del sistema educativo español. Ella afirma, y no le falta razón, que un sistema con un fracaso escolar tan alto no debería obligar a nadie a formar parte de él si existen alternativas viables que ofrezcan mejores resultados.
Además, parece que a los niños tampoco les faltan competencias sociales, ya que salen a menudo de casa tanto para completar su educación formal (yendo a museos, viajando, etc.) como para quedar con amigos o para participar en actividades extraescolares.
Realmente la gran desventaja que yo veo es que no todos los hogares disponen de recursos para ofrecer esta educación tan completa. No solo recursos económicos y de material, sino recursos de tiempo, pedagógicos y de conocimiento en sentido muy amplio (de las necesidad y conocimientos que deben tener a sus edades, de organización, de separación de familia/escuela, etc.)
Aunque ir a la escuela no te proporcione una garantía de que vas a adquirir ciertas habilidades sociales, considero que desde luego la experiencia social de los chavales que acuden a un centro y la experiencia social de estos niños no es comparable. No necesariamente pienso que una sea mejor que la otra, sin embargo, sí opino que no se socializa igual en clases particulares de ballet, por ejemplo, que en un aula de secundaria. El número de personas, la diversidad en todas sus vertientes a la que te expones, el contexto del aula y la motivación con la que los alumnos acuden en cada caso no es comparable.
Personalmente yo no optaría por esta vía con mis propios hijos, si alguna vez los tuviese, porque si ya en mi vida profesional me estaría dedicando a la docencia, no me gustaría volver a casa y ejercer el mismo rol. Preferiría educar en valores, en socioafectividad y en empatía, dejando de lado aquellos contenidos asociados a escuela o a la educación no formal para sus respectivos ámbitos.
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