Tal vez uno de los conflictos más comunes a los que se puede enfrentar un docente es cuando a alguien le desaparece algo durante alguna pausa o recreo, como, por ejemplo, el teléfono móvil. En estos casos, normalmente se suele acusar a otro compañero de la misma clase o del centro y el papel del profesor como mediador en este conflicto es fundamental para evitar que escale y para evitar que se repita en el futuro.
¿QUÉ HACER?
• En el momento (a corto plazo)
El docente deberá analizará la situación después de hablar con los alumnos implicados. No debe caer en la tentación de usar calificativos cuando hable con ellos, pero debe tener cuidado en no desviarse del tema y terminar perdiendo el control de la situación.
Es primordial aplicar una escucha activa, sin emitir juicios y sin interrumpir ya que, de lo contrario, el estudiante puede dejar de hablar o bien mostrar un enfado que quizás antes no había mostrado.
El comportamiento del docente, así como su tono de voz deben ser firmes, pero no agresivos, deben ser comprensivos, pero no prepotentes. Su mensaje debe centrarse en lo específico y no en lo general o en el pasado.
• A más largo plazo
El ejemplo anterior, puede no ser tan conflictivo, pero la actuación adecuada del docente es fundamental ya que debe ser asertiva (hacer lo que tenía que hacer de forma adecuada cuidando su mirada, tono de voz y gestos) y siguiendo las pautas descritas anteriormente.
No obstante, deben aprovecharse las situaciones. En este caso, no de forma inmediata ni utilizando la misma situación, para trabajar sobre los aspectos que intervienen en situaciones similares y que ayudan a encontrar soluciones sin humillar a nadie.
Con este planteamiento se mantiene el buen clima en la clase y se ayuda a que los alumnos perciban al docente como fuente de solución de problemas y, por lo tanto, de ayuda. Desde este punto de vista se puede trabajar básicamente:
• Control de la agresividad.
• Comunicación verbal y no verbal.
• Búsqueda de soluciones.
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