Si miramos entre las habilidades, destrezas, competencias que debe poseer un docente en la actualidad podemos encontrar varias similitudes entre esta profesión y la de “coach” educativo, tutor, orientador, asesor educativo e “influencer”. Por un lado, en su labor de impartir conocimiento, buscan conectar con las personas que los escuchan más allá de un “yo enseño – tú aprendes”. Ejercen de guías, aportando las herramientas necesarias para que su público pueda tomar las mejores decisiones con criterio propio en su búsqueda de un futuro próspero. Este aspecto es clave, deben orientar y acompañar, pero sin imponer sus ideas.
Normalmente se suele asociar influencer con una persona superficial, que desde las redes sociales te dice como tienes que vivir tu vida en función de las marcas que pagan. Aunque esto desgraciadamente sigue siendo cierto, creo que cada vez más personas de esta comunidad están despertando a la realidad de hasta donde alcanza su influencia y cuánto influyen sus palabras, sobre todo en la gente joven. Personalmente opino que el docente debe tener algo de influencer. Es decir, esa capacidad que tiene de llamar la atención, de atraer seguidores cuando al fin y al cabo lo único que tienen para conectar con su público son las palabras y su personalidad que debe traspasar la pantalla. No sería maravilloso lograr que los alumnos sigan cada palabra que decimos como lo hacen con El Rubius o María Pombo.
Se tiene la idea preconcebida de que internet es un sitio para la gente joven, pero la pandemia y el aburrimiento (y que realmente los que nos criamos con internet y las redes nunca nos hemos ido) han puesto de manifiesto que esto no es cierto. Así que por qué no aspirar a ser profesores influencers:
No hay comentarios:
Publicar un comentario