sábado, 16 de octubre de 2021

Un Gran Pacto Educativo

 


Ya no sorprende a nadie que cada cambio de gobierno traiga consigo un cambio en la ley de educación, además, como una de las primeras medidas adoptadas, ya que no queremos que para cuando se apruebe y se quiera aplicar, ya haya elecciones y se cambie de partido político.

Creo que tanto unos como otros estamos cansados de que se juegue de esta forma con algo tan importante como la educación, el futuro de nuestra sociedad. Sin embargo, el futuro que se presenta es bastante desalentador: los expertos no creen que se pueda cambiar la situación teniendo en cuenta la polarización de los partidos políticos que se niegan a llegar a un acuerdo consensuado, ya que el PP no votará una propuesta socialista y viceversa.

Medidas de quita y pon, parches que pretenden arreglar superficialmente un sistema que, según últimos datos, le falla al 16% de los jóvenes entre 16 y 24 años que deciden abandonar los estudios son soluciones deficientes. Por ello, España ocupa los primeros puestos en abandono escolar de la UE, lo que denota la necesidad de un pacto educativo a nivel estatal, en el que los principales partidos políticos lleguen a un consenso.

En primer lugar, y tras la práctica en grupo que realizamos en clase, concluimos que la principal medida a tomar sería dejar la toma de decisiones en manos expertas. Los profesionales en materia de educación, independientemente de su ideología política y con el objetivo de mejorar el sistema educativo en mente, deberían ser los que redacten las leyes educativas.

Por otro lado, como se trata de leyes orgánicas, no necesitan de consenso parlamentario, requieren de una votación en su conjunto en el Congreso y simplemente basta con el voto de una mayoría absoluta. Cómo se puede observar en la imagen anterior, un solo partido político puede aprobar su ley educativa con el simple hecho de poseer la mayoría en el Congreso. El aumento en el número de votos y la necesidad de la aprobación por parte de ambos lados del espectro político fueron otros cambios propuestos en nuestro grupo de trabajo.

Mientras sigamos cambiando más de ley educativa que de ropa interior, España seguirá “suspendiendo” en las pruebas Programa para la Evaluación Integral de Alumnos situándose por debajo de la media de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).

En vista de que las propuestas que hemos estado aplicando todos estos años no están sirviendo para marcar una diferencia considerable, creo que es hora de sacar el factor político del ámbito de las reformas educativas y dejar entrar manos expertas que nos guíen hacia un futuro mejor.

3 comentarios:

  1. Hola Loredana. Una entrada muy interesante y muy bien nutrida de datos a nivel escrito y visual; te felicito! Una pregunta te lanzo a raíz de la lectura de tu post: ¿hasta qué punto crees que se puede despolitizar el asunto, aún llenando de expertos el liderazgo de este? Saludos!

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    1. Yo también mes estaba planteando esa pregunta mientras leía, es verdad que es muy necesario escuchar a los docentes que son los que se enfrentan al aula día a día, pero al final los docentes también tienen una ideología y una perspectiva política de la educación en función de esta, es un asunto muy complicado aunque en general veamos que debe cambiar...

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    2. Es muy difícil y más en una sociedad cada vez más polarizada en la que escuchar y aprender, tolerar y dejar expresarse a otro (siempre y cuando ese juicio no haga daño a otra persona) es prácticamente una vergüenza. Entonces si a nivel de calle es impensable que un okupa se siente a hablar con un taurino, cómo vamos a exigir lo mismo de nuestros líderes políticos. Obviamente opino que la educación es un punto de partida sólido y después sentarnos a hablar y a escuchar a los que opinen distinto a nosotros y por supuesto, exigir que en las clases políticas hagan lo mismo: debatir y llegar a compromisos.

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