Seguro que has ido a comprar algún tipo de aparato electrónico, accesorio para moto o incluso un coche y te has encontrado con que solamente lo puedes encontrar bajo pedido o el precio está por las nubes.
Todo esto es debido a la pandemia mundial de la COVID-19. Muchos sectores se han visto severamente afectados. Pues bien, depende del sector, la raíz del problema viene de una parte o de otra, pero al final la evolución y el desenlace es el mismo: falta de stock y precios desorbitados.
En el caso de los aparatos electrónicos como teléfonos, portátiles o videoconsolas, es por la escasez de chips semiconductores. Al comenzar la pandemia, los fabricantes de estos aparatos, decidieron reducir las compras de estos chips ante las expectativas de unas ventas menores. En cambio, no fue así. Las ventas se mantuvieron e incluso crecieron, como por ejemplo el caso de los ordenadores o las pantallas, ya que la gente tenía clase y trabajo desde casa. Los fabricantes de chips a día de hoy son incapaces de abarcar toda la demanda. Esto crea problemas para la creación de videoconsolas y hace que sea casi imposible adquirir una.
En cuanto a los accesorios de moto, pasa algo parecido, pero en vez de los chips, es la materia prima. Al comenzar la pandemia, hubo especuladores que, viendo la que se venía, hicieron acopio de materiales, entre los que se encuentra el acero. Como no había habido casi producción durante la pandemia, el precio subió muchísimo y por tanto el producto final. Si quieres comprarte un escape para tu moto, no es el momento…
Pero no fue así en la ropa y equipamiento para moto. Los fabricantes pensaron que, al estar todo el mundo encerrado en casa, no habría demanda de ropa. Y así fue, hasta que se acabó el confinamiento y las personas decidieron que la moto era el mejor medio de transporte individual en el que no había riesgo de contagio. Esto provocó un disparo en la demanda de equipamiento, lo que hizo subir los precios ya que en esos momentos había un montón de empresas cerradas, con ERTEs, etc… lo poco que había, obviamente, era caro.
A todo esto, debemos añadir los problemas logísticos que ha habido y que hay actualmente. Nos hemos acostumbrado a pedir todo sin salir de nuestras casas, y esto ha provocado que el sector logístico en España alcance su límite de capacidad y provoque retrasos en las entregas. Pero el problema más gordo, está en el transporte marítimo. Para que lleguen los productos de las marcas que tienen las fábricas en otros países, se utilizan buques gigantes cargados de contenedores. Dado que al acabar el confinamiento hubo mucha demanda de diferentes productos, la cantidad de objetos a enviar era tan grande que no había suficientes contenedores. Por tanto, la oferta sube, el precio final del producto sube.
Y todo esto, sigue ocurriendo ahora mismo desafortunadamente. ¿A vosotros os ha afectado de alguna manera esta escasez de materiales?
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